BIOGRAFÍA
Maureen Corvalán nació en Santiago de Chile, es artista visual, músico contrabajista y psicóloga. A sus cortos 13 años comienza a tocar bajo eléctrico en la orquesta de su colegio y a los 17 años ingresa a estudiar Licenciatura en Artes con mención en contrabajo al conservatorio en la Universidad Católica y luego en la Universidad de Chile. Es durante sus 5 años viviendo en Amsterdam The Netherlands a propósito de sus estudios en el Conservatorium Van Amsterdam, que inicia su aproximación con las artes visuales (2012). Fue la lejanía, el frío extremo, el recuerdo, un paisaje desconocido, la aparición de algunas memorias junto al contacto y diálogo con el trabajo de múltiples artistas, lo que actuó de resorte y abrió su curiosidad por entregar forma al recuerdo. Es de este modo que la artista entrega un lugar a los materiales con que convivió en su infancia a propósito del trabajo de su abuela costurera y abuelo tapicero. En este sentido, su obra es un encuentro que localiza la memoria, su memoria y otros recuerdos. Exploración que Corvalán se permite traducir en las dimensiones del universo abstracto en función de aquello que se encuentra en “los límites de la representación” con desenfado y en alegoría a lo que es público y a lo privado, a lo que le es íntimo y a lo externo, quizás como una forma de evitar el olvido y con ello apuntalar ciertas reminiscencias.
El trabajo de Maureen Corvalán hoy puede ser encontrado en Chile, Nueva York, Nueva Zelanda, Londres, Suiza, Perú, Miami, Bangkok y en Oriente Medio, Bahrein, entre otros.
R. De Witte.
INVESTIGACIÓN
El desarrollo visual del cuerpo de obra de la artista siempre ha estado ligado a un trabajo de investigación. En este sentido, sus obras se presentan como una narración abstracta que dialoga con el recuerdo, lo cotidiano y lo que fue presente a través de una exploración de los materiales y la técnica. De este modo, la pintura, hilos, tachuelas, alfileres, clavos, textiles y otros objetos no son aleatorios en sus trabajos de pinturas y técnicas mixtas.Por cierto, cada elemento en su unicidad, en acumulación o derrame se disponen a la mirada del espectador como efecto de traducción. Un ejemplo de lo anterior, es la investigación que la artista ha dedicado al esmalte sintético a propósito de las complejidades y virtudes que presenta el uso de este tipo de pintura no convencional en el arte. En esta dimensión, la utilización del esmalte responde a las cualidades de su cuerpo, su brillo, plasticidad y otras dificultades. Estas últimas, proponen un insistente trabajo con el color en función a la exploración del registro de la huella y la forma que esta puede tomar sobre diferentes soportes: lino, vidrio, madera, diferentes tipos de papel bajo una ejecución que considera el mínimo control posible. Es de este modo, que la artista inscribe y registra sus huellas, de modo abstracto y minimalista con formas particulares y bordes perfectamente definidos, siendo otras más extrañas, simples y complejas, generando increíbles volúmenes tridimensionales provocados por el inevitable “exceso” (de pintura). Esto último, debido al casi nulo uso del pincel.
R. De Witte.
INSPIRACIÓN
La inspiración para Maureen Corvalán es una condición necesaria para continuar como para empezar. En palabras de la artista “la inspiración por momentos se agota. Sin embargo, para volver a encontrarla hay que retornar a los inicios, a lo que quedó pendiente y por sobre todo hay que dar un paso hacia lo desconocido”. En efecto, el recuerdo del dedicado trabajo que vio realizar a sus abuelos habla un poco de ese retorno a la infancia, a esa primera mirada curiosa posada sobre aquello que era una novedad y luego se transformó en cotidiano. Este ejercicio de observación del entorno, de la naturaleza, su naturaleza, el mar, los viajes, la poesía, el cine y habitar la incomodidad son solo algunas escapatorias que habilitan su inspiración, el diálogo con la belleza, lo que le es propio y extranjero. En este sentido, la música “su música” y el contrabajo - como manifiesta la artista - son elementos vitales que participan activamente como una condición de posibilidad para “empezar y continuar” no solo su trabajo pictórico sino que y a su vez, todo lo que envuelve su relación con la cotidianidad.
Los(as) mayores inspiraciones, referentes e influencias en el desarrollo de su trabajo artístico: los recuerdos, los viajes, Gustav Mahler, Ígor Stravinsky, Violeta Parra, Jaco Pastorius, Nirvana, Pearl Jam, Luis Alberto Spinetta, Alejandra Pizarnik, Pepe Donoso, Freud, Lacan, David Lynch, Lars Von Trier, Mark Rotko, Antonie Tapies, Robert Rauschenberg, Takesada Matsutani y Suzan Frecon entre otros (as)